Hoy es un día como los demás. No como ayer, que fue domingo, pero muy parecido. Te levantas, eso sí esta vez con el despertador, aunque tengo que reconocer que cuando ha sonado ya llevaba diez minutos despierta. Desayunas. Gimnasio. Trabajas. O algo parecido.
Pero a pesar de ser un día como los demás. Un día como mañana, o como el miércoles, o el jueves. O muy parecido al viernes. La verdad, es que es un día especial.
Es el día en el que he decidido empezar de nuevo con este blog. Un blog que no espero que sea para nadie más que para mí, de momento. Es mi espacio. Mi cajón de sastre, un lugar en el que vomitar los pensamientos que me agotan la cabeza. Donde dar rienda suelta a lo que me preocupa, me gusta, me apasiona, me molesta, me pone triste o alegre.
Es mi espacio. Mi lugar, mi rincón, mi cuarto de los trapos sucios, el armario de donde quiera salir o esconderme según el día.
Hacía tanto que no escribía... las teclas del ordenador están distantes. Olvidadas por algún tiempo. Hello strangers! I am back!
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