martes, 9 de septiembre de 2014

Propósitos

nuevos propositos

No es 1 de enero. Ni 31 de diciembre. Ni 1 de septiembre. Pero hoy me apetece hablar de algunos propósitos. 

Estas fechas suelen ser las más habituales en las que la gente, yo incluida, nos comprometemos con nosotros mismos para cambiar algún aspecto de nuestra vida con el que no estamos satisfechos. 

Tengo algunos ejemplos de los que me planteé el año pasado (en realidad fue durante el vuelo de vuelta de las vacaciones de Navidad en USA visitando a la familia política, pero fue a principios de enero ;)): perder peso (helloooo originalidad); buscar nuevos proyectos laborales (helloooo necesidad); comprometerme con algún hobby, como la fotografía (más necesidad). Seguro que se me olvida alguno más, pero como tampoco quiero ser dura conmigo misma, con estos pocos, me valen.



Analicemos el primero de estos propósitos.

Perder peso. Quitando lo poco original del propósito, que no viene al caso, lo importante aquí, es la "manía" que tenemos la mayoría de las mujeres de no estar satisfechas con nosotras mismas. Siempre hay algo "mejorable". Que si las caderas, que si el culo, las piernas, el pelo, las uñas. La cara. en fin. un cuento interminable, por no decir poco realista. Porque a no ser que te metas en un quirófano o entres en un programa del tipo Extreme Makeover, pocas posibilidades hay de cambiar tu cara, por muy comprometida con el propósito que estés. sobre todo porque es la cara que tienes. No hay más que hablar, naciste así, y así te vas a morir. Hombreeee, no te pongas así. Algo se puede hacer. ¿Crema antiarrugas? ¿Inyecciones de botox o vitaminas? ¿No tomar el sol? Relájate chica, qué agobio me entra. 

Pues sí. Yo tenía ese propósito. Perder peso. Pero también es cierto que una ya se conoce, y ha empezado a aceptarse. 34 años me ha costado, pero mejor tarde que nunca. Así que ya sé que ay cosas que no puedo cambiar (tampoco es que quiera). No tendré nunca los pechos grandes a no ser que me opere, el culo es el que tengo y las piernas lo mismo. Lo que sí puedo hacer es cuidar mi alimentación y hacer deporte. Primero, porque me gusta, lo del deporte, claro, que comer me gusta un rato. Y segundo, porque me hace sentir mejor. Pero sentir mejor a secar, que también tengo que luchar con mi mente Tipo A y aflojar un poco el control que me da tanto control, valga la redundancia. Soy propensa a querer controlarlo todo, qué le vamos a hacer. Lo que entra en mi nevera, en mi boca y el número de veces que voy al gimnasio a la semana. 

Pero ahora mi propósito ha evolucionado. Ya no quiero perder peso así, a secas. Ahora el propósito relacionado con el físico es correr más y mejor. Más, en número de kilómetros, y mejor, en menos tiempo, obviamente. ¿Y cómo lo llevo? Pues bastante bien. Estoy contenta y orgullosa de lo conseguido. he llegado a correr 16,5 km seguidos este año, y ahora, hasta me entreno haciendo series de velocidad para bajar de tiempo en los próximos 10k. 

Hace unos días, me encontré con la siguiente frase o pensamiento en uno de los libros que estoy leyendo (Mujeres que corren de Cristina Mitre, echad un vistazo a la web), y decía algo así: "lo mejor de apuntarse a una carrera no es la carrera en sí, sino el camino que recorres hasta ese día". Pues sí, parece obvio pero es así. La carrera es sensacional, un subidón de endorfinas de principio a fin. Toda la gente, el ambiente, los nervios. Pero el camino recorrido, también es otro subidón. Acabar una serie y que te suden hasta las pestañas. Comprobar que sí, que aguantas a 11km hora todo un kilómetro. Sentir el viento en la cara cuando corres. Aguantar el calor del verano y tener que salir a correr un domingo a las 8 de la mañana porque si no, te van a tener que recoger en parihuela. Contarlo a tus compañeros, y que te den ánimo y te digan "como sigas así, vas a llegar la primera" (y tú sabes que no es cierto, pero te hace ilusión). 

Todo eso es el camino. Todo esto es el propósito que me hice este año. Es disfrutar de algo que me gusta y tratar de mejorar, de superarme a mi misma. De vencer mi pereza, mi miedo, mi vergüenza. 

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© María sobrevive a la treintena
Plantilla original de Maira Gall || Adaptada por María sobrevive a la treintena