lunes, 6 de octubre de 2014

Qué hacer cuando la teoría falla: dejar atrás los pensamientos negativos

paisaje playa pensamientos negativos


Después de mis últimos posts (éste, éste y éste) veo que no hay nada que me pueda preparar para una gran decepción. Me sé la teoría. Estoy convencida de que está en nuestra mano el cambiar si nos lo proponemos, el dejar atrás el sufrimiento inútil, creo en el crecimiento personal, en el optimismo aprendido y practicado, tengo fe en las personas y en la vida. Casi todas las veces. Casi todo el tiempo. Casi todos los días. Pero hoy no. Hoy dudo. De mi sobre todo. De mi futuro. 

Veo el futuro de manera incierta y eso me agobia. Ya sé que me estoy preocupando con antelación. Todavía no me he quedado sin trabajo, ¿no? Pero tengo poca esperanza. Me veo un poco secuestrada por el tiempo en el que me ha tocado vivir. Por esta época de crisis, que no conseguimos superar, por esta sociedad que rechaza a las mujeres en edad fértil porque es más fácil ser un tío. 

Estoy cansada de luchar contra todos estos factores externos que no me lo ponen fácil. Pero más cansada todavía estoy de ponérmelo yo difícil. De sabotearme. De no ver la luz al final del túnel y de darme la vuelta hacia la oscuridad.



Sé cuáles son mis fallos, o mejor dicho, lo que no debería estar haciendo. Caigo una y otra vez en lo que los manuales de primero de psicología te enseñan a evitar:
-compararse con los demás: conocidos o desconocidos. Lo hago a todas horas. ¿Por qué tengo amigas con más éxito profesional que yo? 
-no racionalizar pensamientos: toooodo me sale mal.
-ser crítica con una misma: ya la has cagado otra vez

Sí, la vida no te lo pone fácil. Hay cosas que quieres y que te faltan, pero estás haciendo todo lo posible para conseguirlas. Lo estás intentando. Así que tienes que tener paciencia. También podías estar peor. Eso no es consuelo, pero me ayuda a racionalizar todas las "cosas malas" que crees que te pasan.

Sé que días como hoy en los que lo veo todo negro pasarán. Vendrán momentos mejores. Días en los que brille el sol dentro de mi. Días en los que te duela la cara de reírte, en los que las sonrisas no sean forzadas, mis ojos brillen y lo vea todo color azul. Pero hasta ese día (que puede que sea dentro de poco), me forzaré a sonreír, a salir, a hablar con mi marido y con alguna amiga, a ser amable con los demás.  

La teoría me la sé, y también cómo aplicarla. 

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© María sobrevive a la treintena
Plantilla original de Maira Gall || Adaptada por María sobrevive a la treintena