Esta vez me está resultando muy difícil gestionar lo que siento. ¿Qué tengo que hacer? ¿Qué digo? ¿Cómo reacciono?
Quizás es que lo tengo todo bastante reciente y que no me he repuesto del susto. Pero a la vez, el dolor va dejando paso a la rabia, al enfado, al estupor, a la incredulidad. Y mi cabeza es como una montaña rusa: quiero llorar, gritar, golpear las paredes.
No creo que esta vez el tiempo sea la solución. No lo puedo dejar pasar y llenarme el día de actividades. Tampoco abrazarme a lo que ha pasado me va a ayudar.
Seguir adelante, eso es lo único que tengo.
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